El bruxismo es una patología que consiste en apretar de forma inconsciente la mandíbula o incluso rechinar los dientes, que se da generalmente mientras dormimos.
Esto nos puede acarrear diversos problemas como desgaste en los dientes, dolor muscular o cefalea.
Aunque algunas personas no presentan síntomas, el bruxismo puede llegar a causar: desgaste dental, sonrisa inestética, dolor mandibular y de oído, problemas en la articulación temporomandibular, dolor de cabeza, ansiedad, insomnio, sensibilidad dental al frío, el calor y los alimentos dulces.
Posibilidades terapéuticas
La aplicación de medicamentos específicos como la toxina botulínica en los músculos masticadores ha demostrado ser una excelente herramienta para combatir las alteraciones del bruxismo. Estos medicamentos actúan como relajantes musculares locales por un amplio periodo de tiempo (4 a 8 meses), relajando los músculos masticadores, sin producir los indeseables efectos secundarios de los relajantes musculares sistémicos (somnolencia, relajación de musculatura no afectada, disminución de reflejos, etc.).
Numerosos estudios demuestran que estos medicamentos pueden reducir la frecuencia de eventos de bruxismo y disminuir los niveles de dolor inducido por el bruxismo.
En comparación con la férula oral, estos medicamentos son igualmente eficaces en el tratamiento del bruxismo. Además, estas inyecciones son seguras para los pacientes y mucho más cómodas que el uso de férulas nocturnas.